Pedagogía 3.0
Por: Miguel Ángel Soto
1. Pensamiento crítico: Habilidad para determinar la definición o significado profundo de lo que está siendo expresado. Éstas son destrezas de alto nivel que no se codifican regularmente en el aula y que ayudan a los estudiantes a crear los insumos necesarios para la toma de decisiones importantes. Más allá de las impresiones y opiniones particulares, el educador deberá recurrir a sus valores intelectuales basados en precisión, claridad, exactitud y equidad al exponer sus ideas. "La capacidad de pensamiento del ser humano, que es el niño que llega a nuestras escuelas, se manifiesta en su poder para producir creencias y conocimientos, solucionar problemas, tomar decisiones, comunicarse con otros seres humanos" (Ángel R. Villarini).

3. Diseño de modos de pensamiento: Habilidad para representar y desarrollar nuevas tareas y procesos de trabajo con los resultados deseados. El uso de los sensores de datos, recursos digitales de aprendizaje, redes sociales de práctica pedagógica, sistemas emergentes de comunicación y sistemas de procesamiento que trae el mundo computacional, nos proveerá nuevas oportunidades para tomar enfoques de diseño que reflejen nuestro trabajo. Esto quiere decir que seremos capaces de planificar nuestros ambientes para que sean los conductores principales de los resultados en los que estamos interesados. Un ejemplo real es presentado por un grupo de educadores disruptivos que establecen que puede haber mayor aprendizaje a través del establecimiento de escenarios abiertos, ubicuos e inclusivos. Por tanto, se recomienda diseñar un escenario de aprendizaje para que los estudiantes desarrollen sus tareas adaptadas al nuevo ambiente de trabajo. Los educadores del futuro tendrán que convertirse en expertos hábiles que reconozcan los códigos mentales que requieren las diferentes actividades instruccionales y hacer ajustes en los entornos de trabajo para mejorar las capacidades de realización de sus tareas.
4. Pensamiento computacional: Habilidad para traducir enormes cantidades de información en conceptos abstractos, y el entendimiento del razonamiento basado en datos. Según aumenta exponencialmente la cantidad de datos que tenemos disponible, se requiere de destrezas de alto nivel para darle sentido a la gestión de la información. En la actualidad existe una gama de lenguajes de programación que permiten diseñar tecnologías digitales con el objetivo de manipular el ambiente y aumentar la interacción. El gran reto de los Educadores 3.0 consistirá en incorporarla adecuadamente para que los estudiantes adquieran su propia actitud tecnológica de acuerdo a las formas de su utilización. Se requiere administrar entornos personales que contengan herramientas con las que se puede llevar a cabo analíticas de la información a nivel cuantitativo y cualitativo.

6. Administración de cargas cognitivas: Habilidad para discriminar y filtrar información de importancia, y entender cómo maximizar el funcionamiento cognitivo através de una variedad de herramientas y técnicas. El mundo digital en el que vivimos está lleno de enormes flujos de información que nos llegan en múltiples formatos multimediales que traen a discusión el asunto del excedente cognitivo. Los educadores del milenio deberán desarrollar nuevas capacidades para convertir las masivas afluencias de datos en una ventaja si aprenden a enfocar o filtrar lo que realmente es importante para ellos. Tendrán que desarrollar sus propias técnicas para luchar contra la súper-abundancia informativa, de manera que puedan organizar sus entornos personales de aprendizaje a través del: filtrado/selección, curación de contenidos, indexado, metadatos y marcado social.

7. Pensamiento adaptativo innovador: Habilidad de pensar y conectar nuevas soluciones o respuestas más allá de lo que dicta la memoria o lo basado en normas tradicionales. Aquell@s educadores que cuenten con dichas destrezas estarán capacitad@s para realizar tareas abstractas basadas en competencias de alto nivel cognitivo (tareas blandas): colaboración, lectura de indicadores sociales, actitud adaptativa, influencia, alcance real, amplificación e impacto. Mientras, aquell@s que permanecen trabajando de manera tradicional, seguirán dedicándose a realizar sus tareas manuales concretas (tareas duras) sin tener cuentas sobre el alcance de sus ejecuciones pedagógicas. El pensamiento adaptativo innovador no se alcanza ofreciendo pruebas estandarizadas (calificaciones) ni a través de actividades de aprendizaje prescriptivas, sino por la transformación de actitudes y aptitudes de los participantes en lograr lo que antes se pensaba que era imposible. Aprender de los errores o las fallas es de vital importancia para conocer lo desconocido. La pedagogía de la era necesita mayores prácticas con lo improbable, impreciso y la toma de riesgos. Tenemos que desarrollar la mentalidad de que si se falla o se pierde, también se aprende a descubrir las vías adecuadas para alcanzar el éxito. El mundo real ya no gira tanto en torno a lo que ya se conoce, sino en la constante transformación, transmutación y transfiguración de los contextos en los que interaccionamos.
8. Transculturalidad: Habilidad para operar en diferentes contextos culturales. Poseen la habilidad para dispersarse entre diferetentes localidades en un mismo tiempo. Para lograrlo, deberán ser hábiles en la operación de adaptarse a cualquier entorno en el que logren encontrarse a sí mismos. Esta destreza no consiste solamente en el ámbito lingüístico, sino en la hablidad de adaptación a las circunstancias cambiantes que le dan sentido y respuestas al nuevo contexto en el que se encuentra. Investigaciones recientes establecen que lo que hace a un grupo verdaderamente inteligente e innovador es la combinación de factores: edades, talentos personales, experiencias, competencias personales, áreas de conocimento, pensamiento divergente y estilos de trabajo que se tráigan a la mesa de discusión. La transculturalidad se basa principalmente en la diversidad del personal involucrado en las actividades. Es la competencia de mayor importancia en el entorno educativo del siglo 21. Los educadores exitosos serán aquellos que formen parte de equipos de trabajo diversos en donde se identifican y comunican abiertamente puntos de conexión variados (metas, prioridades, valores, expectativas, objetivos de corto y largo alcance) que trascienden las diferencias y los habilite para construir relaciones de trabajo eficientes. La mejor forma de practicar la transculturalidad es formando parte de una red educativa internacional. La experiencia que he tenido participando en dichas redes posee un valor añadido de incalculable.

Estas destrezas/habilidades no son absolutas ni definitivas. Al contrario, nuevas destrezas, habilidades y competencias seguirán surgiendo conforme a las constantes transformaciones de los códigos económicos, socio-culturales, políticos, ambientales, científicos y tecnológicos que impactarán la dimensión educativa de la era.Los educadores 3.0 deberían mirar más lo que ocurre en el escenario del mundo, que lo que ocurre en el sistema educativo. Los estudiantes transmiten naturalmente diversos códigos socio-culturales en nuestros alrededores. Solo basta con observarlos en los pasillos, bibliotecas, aulas y otros ambientes. Pero, lamentablemente los sistemas educativos y algunos educadores no los perciben o no quieren aceptar las grandes transformaciones que están ocurriendo hoy y ahora mismo...
La educación del milenio no debería basarse en el encapsulamiento de grupos de estudiantes que se mueven de una estación a otra para aprender. En cambio, las salas deberían transformarse en ecologías de apendizaje que fomentan y apoyan la creación de redes y comunidades de desarrollo profesional para enfrentarse a los grandes retos del futuro...